Gracias a esta colaboración, la Fundación podrá adaptar su asistencia a las necesidades actuales así como consolidar los distintos servicios de acompañamiento que la entidad pone al servicio de la ciudadanía.

La Fundación Ayuda y Esperanza ha recibido el apoyo del ICF para sus proyectos de crecimiento en la atención a personas adultas en situación de soledad no deseada y con problemas de salud mental. La entidad, con una larga trayectoria en el ámbito social y de acompañamiento emocional y prevención del suicidio, afronta sus proyectos futuros con la colaboración del Institut Català de Finances mediante un préstamo para financiar sus necesidades. El ICF ha apoyado históricamente proyectos del tercer sector para encontrar soluciones de financiación adecuadas a cada proyecto y organización.
En relación a la Fundación Ayuda y Esperanza, más de 40.000 personas se pusieron en contacto con la entidad durante 2022, buscando consuelo, ayuda y acompañamiento durante un momento de angustia, crisis emocional, riesgo de suicidio o soledad no deseada. La Fundación Ayuda y Esperanza lleva más de medio siglo ofreciendo apoyo a las personas, con confidencialidad y sin juicios, gracias a su teléfono pionero en todo el estado español, el Teléfono de la Esperanza (93 414 48 48). A este servicio 24/7, que sigue siendo un referente para luchar contra la soledad no deseada y los problemas de salud mental de la población adulta, la Fundación ha sumado en los últimos años dos nuevos dispositivos a los que dirigirse: el Teléfono de Prevención del Suicidio, otro servicio confidencial y que funciona cada día durante las 24h, que se puso en marcha en el verano de 2020 así como el Chat de Apoyo Emocional para Jóvenes (679 333 363), un innovador servicio a través de WhatsApp dirigido a adolescentes y jóvenes entre 14 y 25 años.
Desde la pandemia, vivimos una situación de crisis de la salud mental. Saltan las alarmas por la sensación de soledad no deseada, presente en todas las edades, el aumento de las muertes por suicidio y, especialmente, la emergencia entre los jóvenes. Adolescentes y jóvenes expresan gran malestar, cuya tendencia a la depresión y la ansiedad pueden desembocar en tentativas de suicidio y un aumento de las autolesiones. En este contexto, la Fundación ha visto cómo el número de llamadas y conversaciones se han multiplicado. Así, durante 2022 43.149 personas llamaron al Teléfono de la Esperanza. Se trata de adultos entre 35 y 65 años, que vivían solas y viviendo episodios de soledad no deseada o malestar emocional. El Teléfono de Prevención del Suicidio, por su parte, recibió 5.987 llamadas durante 2022, un incremento del 3,6% respecto al año anterior. Desde su creación, el servicio ha puesto en marcha mecanismos de rescate en 245 ocasiones, en casos en los que la persona atendida se encontraba en una situación de suicidio en curso. En cuanto a la población más joven, el Chat recibió durante su primer año de servicio a más de 1.700 conversaciones. En este caso, ha sido necesario avisar a los servicios de emergencia 20 veces, entre el 061 y 112 así como al 116 111 (Infancia Responde) porque la seguridad de la persona estaba en riesgo.